Tornados cada vez más frecuentes en el Mediterráneo: nuevo estudio

Un nuevo estudio ha puesto de relieve cómo el calentamiento del mar Mediterráneo puede favorecer y hacer que los tornados en las costas italianas sean más frecuentes que en el pasado.

Tornado
Un nuevo estudio destaca por qué los mares más cálidos pueden hacer que los tornados sean más frecuentes y violentos.

En los últimos tiempos se ha visto una multiplicación de avistamientos de trombas marinas y tornados en las costas italianas, en parte debido a las nuevas tecnologías y las redes sociales actuales, que hacen cada vez más visibles estos fenómenos, en comparación con hace unas décadas. Más allá de esto, en los últimos años, especialmente en el Mediterráneo, existe una tendencia creciente de estos fenómenos meteorológicos extremos, en comparación con la media climatológica de las últimas décadas.

¿Cómo se desarrollan los tornados y las trombas?

Debe señalarse que trombas marinas y tornados son exactamente lo mismo. Por convención, incluso una intrascendente tromba marina puede definirse como un tornado, como explica la extensa literatura científica. La única diferencia real entre estos fenómenos radica en la tormenta que lo generó. Los tornados se forman en celdas de tormenta que presentan en su interior un movimiento de vórtice, inducido por la presencia de una pequeña baja presión dentro del cumulonimbus, denominada "mesociclón".

Tales tormentas, provistas de un movimiento giratorio interno, se denominan "superceldas" y son el tipo de tormenta más violenta que pueda encontrarse en la naturaleza.

¿Cuál es la conexión entre estos fenómenos y el cambio climático?

Para responder a esta pregunta tan compleja, es necesario utilizar el método científico, haciendo uso de las leyes de la termodinámica, representadas en modelos meteorológicos, describiendo los intercambios de vapor de agua y los flujos de energía y calor entre el mar y la atmósfera. La termodinámica, en este caso, nos dice que para el desarrollo de estos eventos muy localizados, como un tornado, un parámetro importante es la temperatura superficial del mar.

Esto se debe a que un mar más cálido proporciona más energía a un torbellino, lo que también hace que se vuelva particularmente violento. Mientras estos torbellinos permanezcan en el mar o golpeen áreas que no están densamente pobladas, el problema no es significativo. Sin embargo, cuando estos fenómenos pasan por ciudades o grandes centros industriales, nos encontramos con daños muy graves y, lamentablemente, también tragedias.

Trombas marinas
Par de trombas en acción frente a la costa de Liguria.

El nuevo estudio científico sobre tornados mediterráneos

Un artículo científico reciente, publicado en la revista internacional Scientific Reports, explica exactamente por qué un mar más cálido que la media climatológica, puede fomentar estas superceldas tornádicas. En este artículo científico, los autores toman como ejemplo el tornado que azotó la zona portuaria de Tarento y la planta de ILVA, el 28 de noviembre de 2012, provocando una muerte (un trabajador de fábrica) y daños por 60 millones de euros.

Durante ese evento tornádico, la temperatura del mar Jónico estuvo alrededor de + 1 °C por encima del promedio climatológico del período (entre otras cosas, un promedio muy reciente, porque se refiere a las dos décadas de 1985 a 2005, y por lo tanto relacionado con un período en el que el calentamiento global ya estaba avanzado).

La correlación entre el mar cálido y el desarrollo de tornados

Utilizando datos de temperatura del mar, aplicaron un modelo meteorológico de alta resolución (aproximadamente 1 km de cuadrícula), que demostró ser capaz de reproducir correctamente la trayectoria de la "supercélda" de la que se desprendió el tornado de Tarento .

Los mismos autores realizaron otra simulación con el mismo modelo exacto, pero tomando como referencia las temperaturas del mar con valores cercanos a la media climatológica del período. Esta última simulación mostró cómo, con una temperatura del mar de solo -1 °C (por lo tanto, en promedio), la famosa "supercélda" no se habría formado y, por lo tanto, el tornado no se habría desarrollado. Por el contrario, al aumentar la temperatura en + 1°C , el tornado habría sido aún más intenso.

El estudio, realizado por ilustres autores, como Mario Marcello Miglietta, Jordi Mazon, Vincenzo Motola y Antonello Pasini, ha puesto de relieve cómo el Mediterráneo, cada vez más caliente, está cada vez más acostumbrado a este tipo de fenómenos violentos, de lo que alguna vez hubo en promedio. La intensidad está destinada a aumentar más rápidamente una vez superado un determinado valor de temperatura, con inevitables repercusiones en todo el territorio adyacente.

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