¿Sería el mundo más silencioso si todos los vehículos fueran eléctricos?

Imaginemos un mundo donde todos los vehículos en las calles son eléctricos. ¿Cómo sería el sonido de nuestras ciudades? ¿Se desvanecería el ruido del tráfico o seguiríamos escuchando los mismos sonidos indeseados? Las respuestas a estas preguntas pueden no ser tan simples.

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Los vehículos eléctricos son más silenciosos que los de gasolina, pero solo a baja velocidad

Según los expertos en salud pública, la percepción del sonido puede ser perjudicial para la salud y bienestar. La exposición crónica al ruido del tráfico puede afectar nuestra audición, perturbar nuestro sueño, e incluso contribuir a problemas de salud más graves, como enfermedades cardíacas. Por lo tanto, reducir el ruido del tráfico es una preocupación importante.

Si todos los vehículos a combustión se consideraran obsoletos y quedaran solamente los autos eléctricos en la calle, seguramente los sonidos cambiarían. Pero decir que no habría más ruido es aspirar a mucho y la realidad es un poco más complicada…

Para comenzar, el ruido y el sonido son percepciones subjetivas, y lo que para algunos puede ser música para los oídos, para otros puede ser una molestia constante.

Los automóviles de gasolina son conocidos por ser ruidosos, especialmente a altas velocidades. En Estados Unidos, casi el 50% de la población estaba expuesta al ruido del tráfico en niveles perjudiciales para la salud en 1981, según la Agencia de Protección Ambiental.

Los vehículos eléctricos son aproximadamente un 30% más silenciosos a bajas velocidades

Un auto a combustión, que se mueve a unos 50 km/h en una calle en buen estado, producirá niveles de sonido que oscilan entre 33 y 69 decibelios. Ese es el rango entre una biblioteca tranquila y un lavavajillas ruidoso. Mientras que si se aumenta la velocidad en una ruta y se alcanzan los 110 km/h, los niveles de sonido llegarán a los 89 decibelios. Eso es equivalente a dos personas gritándose en una conversación el uno al otro.

Los vehículos eléctricos e híbridos son mucho más silenciosos que sus contrapartes de gasolina. De hecho, son prácticamente silenciosos de fábrica, pero las automotrices están obligadas a “ponerles” sonido para garantizar que los peatones distraídos escuchen que se acercan. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico de EE.UU. requiere que estos automóviles emitan sonidos que van desde 43 a 64 decibeles cuando se mueven a menos de 30 km/h. Cada fabricante utiliza sus propios ruidos de advertencia.

Muchas personas piensan que el ruido es una molestia menos urgente que otros problemas ambientales más apremiantes, como la contaminación del aire y del agua. Como resultado, los gobiernos no logran planificar el ruido, medirlo, mitigarlo o regularlo de manera significativa.

A altas velocidades, puede que no haya mucha diferencia entre los coches de gasolina y los eléctricos o híbridos. Eso se debe a que otros factores, como el ruido de los neumáticos y el viento, se vuelven más fuertes a medida que los autos se desplazan más rápido.

Pensar en los caminos

La infraestructura también juega un papel crucial en la reducción del ruido del tráfico. Calles y carreteras en mal estado pueden generar niveles de ruido más altos, incluso con vehículos eléctricos.

Por lo tanto, aunque los autos eléctricos son efectivamente más silenciosos, es importante invertir en la mejora de la calidad de las vías en todas las comunidades, especialmente en aquellas con menores ingresos. Además, promover alternativas de transporte sostenibles -como la construcción de más carriles para bicicletas y senderos- puede ayudar a reducir el tráfico y disminuir el ruido. Esto no solo tendría beneficios ambientales, sino también para la salud y el bienestar de las personas.

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